sábado, 19 de febrero de 2011

Libreville

A las 8 está el mecánico en el hotel, es puntual buena señal en un africano, no estoy del todo decidido a repararlo no creo pueda encontrar aquí repuestos y me retrasaría mucho, le digo que sólo dispongo de un día para la reparación, el mecánico dice que no habrá problemas.
Le pido me acerque a la embajada de Angola y después se lleva el coche al taller.
En la embajada nos dicen que no expiden visados, que el de Cabinda lo podemos solicitar en Pointe-Noire (Congo Braza) y el de Angola en Matadi (Congo Kinshasa), extraño una embajada que no da visados.
Cuando salgo Antonio ya está montado en su coche preparado para continuar, nos despedimos y me vengo dando un paseo al hotel.
Al poco de llegar me llama el mecánico, hace falta un rodamiento y no lo encuentra aquí en Libreville ha de pedirlo a Europa y tardará un par de semanas…. mecagontó
Por la tarde vuelve a llamar que lo ha encontrado!!!!!!, menos mal, me lo acerca al hotel para que le de él visto bueno y le abone el recambio, lo del visto bueno es un decir, el pago del recambio una realidad.
Me voy a dormir con la seguridad de que mañana tendré el coche arreglado (pobre ignorante de mí).

Fotos.















Oyen - Libreville


A las seis en pie, tras desayunar nos ponemos en marcha, queremos llegar a Libreville antes de que cierre la embajada de Angola para pedir un visado de doble entrada para pasar por Cabinda, hay poco tráfico pero sí nos cruzamos con muchos camiones que van cargados de madera, hay un tramo de la carretera que transcurre paralela al cauce del rio Ogooué, se ve un río muy ancho, por desgracia me doy cuenta que la cámara de fotos no tiene batería la pongo en carga, espectacular, lamento no poder hacer fotos, prometo hacerlas más adelante de camino a Lambarené.

De camino cruzamos el ecuador una placa en la cuneta nos lo indica, no lo celebramos de manera especial, unas fotos y a continuar.
La entrada en Libreville no es como en otras ciudades africanas, aquí la gente respeta las señales de tráfico es de agradecer, la ciudad se ve más limpia y la gente más civilizada, cuando llegamos a la embajada ya ha cerrado sus puertas, buscamos hotel en los alrededores, encontramos uno con parking.
Me fijo en el retén y pierde tela!!! llamo a Gus para que me asesore, me da varias opciones, en el hotel me dicen que conocen a un buen mecánico, muy buen mecánico, le llaman y queda en acercarse sobre las 20h. ve el coche y me dice que no es el retén, es el rodamiento de la rueda, hay que cambiarlo, tras meditarlo le digo ok (maldita la hora), mañana a las 8 a.m. se acercará a recoger el coche.
Cenamos en los alrededores del hotel pollo con patatas fritas pero frías y a dormir.